miércoles, 14 de mayo de 2014

El señor saldaña en Cuadalumpur

Dejé todo, dejé todo en un segundo, dejé mi vida atrás rotundamente como si hubiera atravesado la puerta que nos separa hacia las otras dimensiones en busca de lo desconocido, me fui a Cuadalumpur. Lo sè es un destino extraño para para una persona que no suele viajar a ningún lado y mucho menos hacer turismo, pero el viaje en avión era el mas barato y me aseguraba irme lejos, bien lejos, a la dimensión Cuadalumpur. Cuadalumpur es un lugar tan inhóspito, recóndito y lejano que no aparece ni en google, mucha gente lo confunde con kuala Lumpur la ciudad de Malacia pero nadie tiene que ver con ella Cuadalumpur es diferente diferente a cualquiera de los demás países. En Cuadalumpur los toros hacen corridas de toreros y los pumas y los tigres salen por las noches con sus rifles a cazar a los hombres. Ahí estaba yo, en un país totalmente diferente. Bajé del avión y me recibe Blanka de street Figeter , si, si, leíste bien  Blanka el tipo verde del Amazonas, me agarra del brazo y me dice: -Vení conmigo, tenè cuidado que en este País están todos locos.

Continuará....

lunes, 4 de abril de 2011

Lunes: Mediodía (Parte 2)

Luego de analizar bien mi situación, decidí tomar coraje y llamar a mi jefe para pedirle una nueva oportunidad. Tenía que caminar bastante hasta el próximo telecentro. Era el viejo negocio del negro Oscar, lo que había empezado como un pequeño kiosquito terminó siendo un telecentro con bar, pool y hasta agencia de quiniela.

El negocio estaba en las afueras de la ciudad, ya que antes del curvón que llevaba para el pueblo pasaba  a ruta que iba a la ciudad. El boliche estaba cuidadosamente colocado el la ramificación de la ruta para agarrar el grueso de gente. Camioneros y viajantes eran los tipos de clientes que frecuentaban el lugar.

Así pues, decidí emprender mi viaje.

El sol candente de mediodía calentaba mi sien a punto de hervor y la única lluvia posible en mi futuro eran las gotas de sudor que caían de mi cabeza.

El viaje se hizo largo y tedioso pero al fin llegué al telecentro.

Curiosamente el bar estaba vacío. En las buenas épocas un lunes a la mañana estaría el lleno, porque claro, me olvidé contarles, también tenía comedor.

Exhausto del calor agarré una vaso de agua del dispenser y le di un largo y delicioso sorbo seguido de un inevitable “ahhhhh” de propaganda, aunque los hijos de puta lo tenían desenchufado y estaba mas caliente que la mierda.

Atrás del mostrador, Oscar, mascando un escarbadientes y compenetrado en trapear la superficie “hasta que brille” como le gustaba decir.

“Oscar, buen día, vengo a hacer un llamado”

Oscar pareció hacer caso omiso de mi saludo y siguió limpiando el mostrador con esa perseverancia que solo un barman puede tener.

“Oscar…”

"Cabina 3” Me interrumpió un tanto exaltado, esta vez levantando la cabeza, trapo en mano y mirando con esa mirada de loco característica suya.

Decidí no exaltarlo más y entré en la cabina y marqué el numero del almacén.

Tras 5 pitidos me atendió el contestador.

“Usted se ha comunicado con…” – Flap! Colgué el teléfono.

Intenté nuevamente…

“Usted se ha comunicado con…” Pero la puta madre! Bueno, al menos lo intenté.

Salí de la cabina y mientras me dirigía a la puerta de salida lo saludo a Oscar.

“Chau Oscar! No me atendió nadie así que no pude hablar”

“8 Pesos” Me interrumpió con tonó cortante.

“Pero no hablé nada, me atendio el cont…”

“8 Pesos” Repitió mientras tiraba el trapo al mostrador con un ademan algo violento y al mismo escupía el escarbadientes en mi dirección pero sin llegar a impactarme”

Oscar no era un tipo violento, pero si el sentía que alguien intentaba aprovecharse de el, hay! si que se ponía loco, se sacaba mal. Lo he visto cagar a palazos a un pibe que le quiso robar una servilleta…

Pero yo, un tipo lógico por naturaleza no iba a sufrir el mismo destino, decidí, sin lugar a dudas, pagarle.

En la billetera un billete huérfano de dos pesos y 25 centavos.

Pero yo tenía 10 Pesos! Ahí fue cuando recordé que se lo había dado a alguien…

“Amigo” le dije intentando entablar amistad con aquella bestia asesina en potencia.

“No tengo plata ahora, mañana paso y te lo pago eh?” Concluí esta frase con un estúpido guiñó amistoso y asentando con la cabeza.

Oscar no dijo nada.

Nos quedamos en silencio por unos segundos. Se arremangó, agarró una escoba con las dos manos, traspasó la puertita del mostrador estilo western y empezó a caminar lenta pero decididamente hacia mi persona.

Ahora si estaba hasta la pija, y todo por esa vieja de mierda!

domingo, 25 de enero de 1998

“Dividido entre el bien y el mal”

Domingo, 3 de la tarde, me encontraba sin ganas de dormir la siesta ya que la noche anterior había sido una noche para el olvido (ya pasare a contarles sobre esto mas adelante). Me siento frente al televisor casi ingenuamente esperando algo de diversión digo “casi” ya que lo hice mas por costumbre que por otra cosa, realmente dudaba encontrar algo entretenido. Cambio y cambio de canal, todos programas de chimentos, uno que otro de cocina y para completar dos canales con tipos bronceados hablando de futbol. Mas de lo mismo!

Y bué… no me queda otra! digo y me quedo mirando durante cuarenta minutos el programa de Niembro, donde están tratando de convencer a los televidentes de que el Conde Galetto es el DT indicado para llevar a San Telmo a primera B. Y sí ! es domingo, no hay nada que hacerle , son una pija, con razón se suicida tanta gente los domingos, aunque no se si esa estadística es cierta creo firmemente en ella, bueno, volviendo a mi relato, en el momento en que estoy analizando por que carajo no estoy durmiendo en vez de perder el tiempo mirando estos programas pedorros, ocurre algo fascinante! Algo que sorprendería al mismísimo Fabio Zerpa! Algo que cambiaria el rumbo de vida de cualquier persona sobre la tierra ! Una luz verde aparece por la ventana de la cocina, me acerco a ver que es y si ! Emocionado compruebo mis sospechas, estaba ahí! a un metro mío nada mas! en mi patio , podía verlo a través de la ventana de la cocina! Algo emocionante!! un ser de otro planeta!!... nada mas y nada menos que el Pupi Salmeron! el nueve de ferro!!!

Te juro queme temblaban las piernas, me transpiraban las manos, esto era muy groso, no podía creer que me este pasando a mi, desde los 4 años que voy a la cancha a ver a ferro con mi tío Alcides que según él fue utilero de joven en el club y tenia contactos que me iban a hacer conocer a un jugador, pero nunca paso nada, el tío era un mentiroso, y nunca pude conocer a un jugador (hasta el día de hoy me da cosa confesarle que desde los 7 años se que la historia del utilero es una mentira atroz) y ahora? Ahora tenia al Pupi Salmeron en mi patio, me temblaban las piernas, respiro hondo, me hago el bolud , trato de disimular la emocion y con voz canchera y haciéndome el desinteresado le pregunto:

- Pupi troesma! Que haces aca?
- shhh callate, no hagas bandera y dejame pasar.

Obviamente le hago caso e inmediatamente lo hago pasar a mi casa.
Pupi no decía nada , estaba como nervioso, como shockeado después de una patada del pelado Moner en la frente a la salida de un corner.Yo también estaba nervioso, pero lo disimulaba muy bastante bien con mi voz de langa( o por lo menos eso pensaba yo)
Al ver que el Pupi no emitía sonido, me animo y le digo:

- Disculpa que sea insistente Pupi, mira que es un honor para mi que estés acá, sós el mejor delantero del mundo! Pero tengo una duda, como apareciste en mi patio ?

Ahí el Pupi tapándose la cabeza a manera de capucha con una toalla que saco del tendedero del patio me dice:
- Me busca Anselmo, el carnicero.

Anselmo el de acá a la vuelta?
Shh , si si, habla mas bajo que salio por el barrio con una escopeta recortada al grito de te voy a destripar y me voy a comer tus tripas en una sopa.
- aaaaaaah l a mierda! Pero que le hiciste Pupi???

To be continued

sábado, 24 de enero de 1998

Lunes: Madrugada

Lunes, 03:45. No me puedo dormir. Me levanto de la cama y miro por la ventana, no hay nadie afuera. Hay que laburar mañana. La verdad que ya estoy bastante hinchado los huevos de ser carnicero. Hinchado los huevos de las viejas que vienen a pedirme el pedazo mas tierno porque el del sabado pasado estaba duro, o del viejo puto de la esquina que siempre tiene algo para criticar, pero siempre eh. A esos forros siempre les encajo los cortes mas viejos. Y al flaco ese que viene con la novia pavoneándose y haciendose el fachero también, por trolo.

03:54.

Como se pasa el tiempo, recién eran las cuatro menos cuarto. Tengo que concentrarme y no pensar en nada...

.
.
.

Es díficil! más sabiendo que mañana va a ser otro día de mierda, y yo que pensaba que a esta altura ya iba a ser alguien importante; presidente o famoso actor de hollywood, que pelotudo por dios. Quizás con un traguito de whiskey me pegue el sueño.

Glub, glub.

Me lamo los labios para saborear el resto que queda seguido de un incontrolable "ahhh".

No sirve esto.

Mi abuela siempre se clavaba un vasito de café al coñac antes de irse a dormir, decía que le servía para conciliar el sueño. Quizás es eso, le erré con el whisky me parece. Voy a la cocina a ver si encuentro algo...

Me levanto de la cama sólo para ser vislumbrar entre la oscuridad el mas temido de mis presagios hacerse realidad.

Me falta una ojota carajo. Siempre me pasa lo mismo che!.

A ver en el ropero:

No.

Abajo de la cama?

Tampoco.

Bah, ya fué me voy así nomas, total después me pongo una media y listo.

Ahh, a ver, tenía una de repuesto por aca...

Acá hay una!

Ootra ojota derecha! Si no tengo suerte con un misero par de ojotas, ¿Què carajo de esperanza tengo en mi vida?. Decime si no, que mala leche que tengo. Pero siempre fue así eh, desde el día que me corté con la sierra cortandole unos huesos para los perro de la vieja esa,¿Cómo se llamaba? La hija era Vanesa... esta vieja de mierda era... ahggcomo carajo se llamaba? lo tengo en la punta de la lengua... esa que tenía un hijo también, bastante pelotudo el pendejo, aunque la rompía jugando al futbol. Yo también la rompía de pendejo, un 2 rústico, pero táctico y criterioso. Mirá, estuve a punto de quedar en boca, pero que ojete, me llueve ese día y se me queda el 147 en el medio del campo, no te digo que tengo una mala leche impresionante?

Voy caminando hacia la cocina con una ojota derecha en cada pie...

Ah no te lo puedo creer! las Cuatro y media!

viernes, 23 de enero de 1998

Lunes: Mañana

Ese lunes me terminé durmiendo a las 05:48 aproximadamente. Ya era sabido que realmente iba a ser un verdadero día de mierda. ¿Porque les estoy contando esto? Bueno, ese Lunes marca el principio de mi historia. Una historia sin nada de heroísmos ni hechos conmovedores; no como la del viejo ese que no sabía atarse los cordones o la del pibe que le roban el PlayStation. No, esto es otra historia, la mía. ¿Con penas? Tal vez. ¿Con gloria? Eso lo decidirán ustedes.

En todo caso, a las 6:30 ya estaba arriba para ir al almacén de don López para arrancar con mi día laboral.

Salí de mi casa, y abrí la puerta del garaje donde guardaba mi Zanellita. Un fierro realmente, esa sí que nunca me había dejado a gamba: Hasta ese día.

Pateo la moto.

Nada, no quiere arrancar.

Después de varios intentos desistí, no había forma de hacerla arrancar, la deje en paz, cerré el garaje y me fui rápido hasta la parada. Tenía que alcanzar el bondi porque a esa hora pasaba una sola vez, y hasta el próximo serían dos o tres horas. El almacén estaba a 43 km más o menos así que a gamba iba a ser bastante difícil.

10 cuadras hasta la parada.

07:24. El bondi pasa a las 7:35, estoy bien con el tiempo.

9 cuadras hasta la parada.

-Bien, vengo bien. Hoy podría pedir un aumento. Así arreglo la moto y porque no, me saco un autito en cuotas, al fin y al cabo me rompo el culo laburando, ya es hora de que me reconozcan tanto esfuerzo. Al Toto le subieron el otro día y no hace un carajo ¡Ese sí que la hace bien! Se rasca el orto todo el día, se come a la hija de don López y encima llega siempre tarde. Pero claro, uno no es fachero y ya te agarran de boludo.-

8 cuadras hasta la parada.

07:26. - Que linda siesta que me voy a echar en el bondi. Espero que haya algún asiento con ventanilla libre; ¡Y que no me toque una vieja o un gordo al lado por favor! Tendría que buscar algo para hacer más ameno el viaje, Podría comprarme un walkman o esos aparatos que vienen ahora para ir escuchando uno de estos días. Tengo que grabarme un casete eso si.-

7 cuadras hasta la parada.

- ¡Nene nene!

La vieja Matilde me llamaba. Siempre se me quedaba hablando un buen rato, era buena la señora, pero estaba bastante apurado así que me hice el pelotudo y seguí caminando.

- ¡Nene Nene!

Insistente la vieja logró captar mi atención, me di vuelta y con una sonrisa forzada la saludé:

- Buen día señora. ¿Cómo anda usted hoy?

- Hola nene bien, bien, tirando… viste como es, uno cada día más viejo.- Me respondió la vieja apoyándose en su viejo bastón - ¡Qué grande que estas! ¿Vos sos el hijo de la Estelita no?

- No doña, de la cacho, ¿se acuerda?

- ¿La cacho? No, no, no, vos no podés ser el hijo de la cacho, si vos eras así.- Levanto las manos hasta donde le caían las tetas: Hasta el ombligo más o menos.

- Si doña, yo soy el hermano del Victor, que tiene la ferretería acá a la vuelta.

- ¡Ah sí! Buen pibe el Victor, pero anda con esa junta. ¡No, vos no podes ser el hijo de la cacho!- Insistió.

- Si señora, le digo que si… Oiga me tengo que ir que estoy medio apurado, estoy llegando tarde al trabajo.

- Ah sí muy bien, andá pibe, andá.

Intenté retomar mi viaje.

- ¡Nene, Nene! –Me gritó otra vez la vieja!

- ¿¡Qué pasa señora!? Respondí ya un poco malhumorado.

- ¿Me ayudas nene por favor? Necesito sacar 10 pesos que tengo en la billetera, pero, no puedo ver muy bien, es que, viste como es, uno cada día más viejo…

- Bueno doña, deme la billetera que yo le saco los diez pesos, pero apúrese que estoy llegando tarde al trabajo.

- ¿Ah estás trabajando? ¿Ahí con la estelita? Me contó la estelita que el pibe suyo la estaba ayudando en el almacén…

- ¡No soy el hijo de la Estela! Interrumpí.

- ¿Cómo que no? Si, si vos sos el nene de la estela, yo me acuerdo bien… ¡Martín! Vos sos Martín.

- ¡No! Y Martín es el pibe de la Olga. Le corregí ya casi a punto de la exasperación.

- ¿Ohhh, la Olga tiene un pibe? ¿Desde cuándo? ¿Se casó? Yo la veía siempre a la Olga pero desde que se casó con el Eduar…

- ¡¡¡No se casó con el Eduardo!!! ¡Esa es la estelita! Pero no importa, deme la billetera que le busco el billete que ya me tengo que ir.

- Ah sí, sí, gracias pibe, sos un amor, espera que… te busco la plata.-Dijo mientras se apoyaba en bastón con una mano y giraba el hombro como para hacer que la cartera le baje hasta la muñeca.

Luego de alguna maniobra que pareció en cámara lenta, logro hacerse con la cartera. La abrió y buscó y buscó con extremada paciencia por un buen tiempo; pareciera que hubiese tenido un millón de cosas ahí dentro.

- A ver, deme señora, yo se la busco.- Le dije mientras le sacaba la cartera de la mano. Tuve que forcejear un poco pero al fin me cedió el control de la bolsa.

Abrí la cartera. Adentro, sola, en el medio y gigante estaba la billetera de la señora Matilde. No había nada más, pero bueno, la pobre vieja no veía un choto.

Abrí la billetera.

Una foto del difunto marido. Un boleto del bondi del 77. Un pastilla. Otra foto del marido. Otra Pastilla. Un escarbadientes. Otra Pastilla… Ajá, acá están los billetes… Un momento…

- ¡Por el amor de dios, tiene Australes! ¿Cuánto hace que tiene esa billetera ahí?

- ¿Qué, australes? ¿No sirven más esos billetes? Si siempre voy del Huguito y nunca me dice nada.

- Está bien, está bien, tome.-Le devolví la cartera y la billetera. Saqué de mi bolsillo 10 pesos y se los dejé en la mano. –Me voy rápido porque voy a llegar tarde- agregué.

- ¡Gracias nene! - Me dijo la vieja –¡Mandale saludos a la estelita!

07:34.Uy, se hizo muy tarde tengo que llegar rápido a la parada.

Empecé a correr.

6 cuadras hasta la parada.

Apure el paso casi ya corriendo con desesperación.

5 cuadras hasta la parada.

4 cuadras hasta la parada.

Relojeo la parada desde la distancia: No paso el colectivo hasta ahora.

3 cuadras hasta la parada.

2 cuadras hasta la parada.

1 cuadras hasta la parada.

Ya llego, ya llego… 70 metros nomás, no puede pasar justo ahora…

Si, si podía.

-¡HEY, PARÁ!

Corro con desesperación y grito desaforadamente pero el colectivero parece no escucharme.

-¡PARÁ LA CONCHA DE TU MADRE!

Un pendejo que mira por la ventanilla, se caga de risa, me señala y mientras palmea al compañerito invitándolo a la carcajada desconmensurada que solo la desgracia ajena le puede causar a uno.

-¡PARÁ, VOLVE HIJO DE PUTA!

Se me fue el bondi.

- ¡Y Todo por esa vieja de mierda!

jueves, 22 de enero de 1998

Lunes: Mediodía

Ya estaba convencido que ese día no era el mío. Cabeza gacha empecé a pensar en un plan para zafar con mi jefe. Tenía que llamarlo e inventar alguna excusa creíble. Si bien yo era, en mi opinión, el mejor empleado, don Héctor tenía varios motivos para echarme a la mierda.

El sábado pasado me la había encontrado a la Mirna, la hija del medio, en el baile. Después de bailar un rato y chamullarla cual galán a la mas hermosa princesa logré escaparme con ella del boliche.

“En que andas” le pregunté.

“A pata” Me dijo y me miró como invitándome a invitarla a llevarla a la casa.

“Vamo que te llevo” le dije sin titubear.

Esperamos un rato en la esquina, hasta que al fin llego un taxi libre.

“Portiglau 978” le dije al tachero, derecho para mi casa me la llevaba a la Mirna que ya estaba bajo el efecto de mis encantos. Habrá sido eso, o quizás los porrones que se había bajado en el baile, lo que empezó a revolotearle en las entrañas.

“Estas bien?” Le pregunté mientras aprovechaba para frotarle su cabellera mitad rubia mitad platinada.

“Nunca estuve mejor” me respondió tapándose la boca con la mano izquierda, como escondiendo un eructo, pero con la mano de recha se enrollaba un rulo y me miraba con una sensualidad indescriptible.

Con suma gentileza arrimé mi cara a la suya, tomé su mentón, levante su cabeza y con mi mas sensual voz le dije:

“Y eso que recién arrancamos, la noche es joven y vos y yo…”

DOAAAGGGHH

Un repentino vómito verdoso salió de su boca, impactando de lleno en mi nariz y desparramándose por todo el resto de mi cara: ojos, boca, pelo, todo lleno de vómito.

“Pero la puta madre, te pregunté si estabas bien!” Le grite irritado mientras me sacaba un pedazo de lo que parecía ser molleja que tenía pegado en el cachete.

“Nooo! que hiciste? Hoy lavé el auto” saltó el tachero.

“Mi viejo me mata” Dijo solloza la Mirna.

“Bajensé carajo” gritó el tachero.

DOAAAGGGHHH, Le contesto la Mirna con otro vómito. Esta vez tuvo tiempo de agachar la cabeza y apuntarle al piso del auto.

“Cuanto tomaste Mirna?” acompañado de un ademán de pregunta, tipo pizzero italiano.

“Mirna, sos vos? La nena del Héctor?” Preguntó el taxista.

“Si es ella, le respondí”

“Callate vos boludo!” me dijo “Mira lo que hiciste con la nena! El Héctor te mata!”

“Pero si yo no…”

La Mirna volvió a interrumpirnos con otro de sus estruendosas regurgitaciones.

El tachero volteó hacia mi:

“Tomatelas”

“Pero no…”

“Tomatelas boludo” Me repitió con tono amenazador.

“Ma si, a la cocha de la lora” Respondí refunfuñando mientras me bajaba del auto y me despedía con un portazo.

No creo que haya estado muy contento el Héctor. Todavía no lo había visto, pero después de eso, sumado a llegar dos horas tarde (Lo que más odiaba de sus empleados) llegue a la conclusión de no aparecer más por el almacén.