viernes, 23 de enero de 1998

Lunes: Mañana

Ese lunes me terminé durmiendo a las 05:48 aproximadamente. Ya era sabido que realmente iba a ser un verdadero día de mierda. ¿Porque les estoy contando esto? Bueno, ese Lunes marca el principio de mi historia. Una historia sin nada de heroísmos ni hechos conmovedores; no como la del viejo ese que no sabía atarse los cordones o la del pibe que le roban el PlayStation. No, esto es otra historia, la mía. ¿Con penas? Tal vez. ¿Con gloria? Eso lo decidirán ustedes.

En todo caso, a las 6:30 ya estaba arriba para ir al almacén de don López para arrancar con mi día laboral.

Salí de mi casa, y abrí la puerta del garaje donde guardaba mi Zanellita. Un fierro realmente, esa sí que nunca me había dejado a gamba: Hasta ese día.

Pateo la moto.

Nada, no quiere arrancar.

Después de varios intentos desistí, no había forma de hacerla arrancar, la deje en paz, cerré el garaje y me fui rápido hasta la parada. Tenía que alcanzar el bondi porque a esa hora pasaba una sola vez, y hasta el próximo serían dos o tres horas. El almacén estaba a 43 km más o menos así que a gamba iba a ser bastante difícil.

10 cuadras hasta la parada.

07:24. El bondi pasa a las 7:35, estoy bien con el tiempo.

9 cuadras hasta la parada.

-Bien, vengo bien. Hoy podría pedir un aumento. Así arreglo la moto y porque no, me saco un autito en cuotas, al fin y al cabo me rompo el culo laburando, ya es hora de que me reconozcan tanto esfuerzo. Al Toto le subieron el otro día y no hace un carajo ¡Ese sí que la hace bien! Se rasca el orto todo el día, se come a la hija de don López y encima llega siempre tarde. Pero claro, uno no es fachero y ya te agarran de boludo.-

8 cuadras hasta la parada.

07:26. - Que linda siesta que me voy a echar en el bondi. Espero que haya algún asiento con ventanilla libre; ¡Y que no me toque una vieja o un gordo al lado por favor! Tendría que buscar algo para hacer más ameno el viaje, Podría comprarme un walkman o esos aparatos que vienen ahora para ir escuchando uno de estos días. Tengo que grabarme un casete eso si.-

7 cuadras hasta la parada.

- ¡Nene nene!

La vieja Matilde me llamaba. Siempre se me quedaba hablando un buen rato, era buena la señora, pero estaba bastante apurado así que me hice el pelotudo y seguí caminando.

- ¡Nene Nene!

Insistente la vieja logró captar mi atención, me di vuelta y con una sonrisa forzada la saludé:

- Buen día señora. ¿Cómo anda usted hoy?

- Hola nene bien, bien, tirando… viste como es, uno cada día más viejo.- Me respondió la vieja apoyándose en su viejo bastón - ¡Qué grande que estas! ¿Vos sos el hijo de la Estelita no?

- No doña, de la cacho, ¿se acuerda?

- ¿La cacho? No, no, no, vos no podés ser el hijo de la cacho, si vos eras así.- Levanto las manos hasta donde le caían las tetas: Hasta el ombligo más o menos.

- Si doña, yo soy el hermano del Victor, que tiene la ferretería acá a la vuelta.

- ¡Ah sí! Buen pibe el Victor, pero anda con esa junta. ¡No, vos no podes ser el hijo de la cacho!- Insistió.

- Si señora, le digo que si… Oiga me tengo que ir que estoy medio apurado, estoy llegando tarde al trabajo.

- Ah sí muy bien, andá pibe, andá.

Intenté retomar mi viaje.

- ¡Nene, Nene! –Me gritó otra vez la vieja!

- ¿¡Qué pasa señora!? Respondí ya un poco malhumorado.

- ¿Me ayudas nene por favor? Necesito sacar 10 pesos que tengo en la billetera, pero, no puedo ver muy bien, es que, viste como es, uno cada día más viejo…

- Bueno doña, deme la billetera que yo le saco los diez pesos, pero apúrese que estoy llegando tarde al trabajo.

- ¿Ah estás trabajando? ¿Ahí con la estelita? Me contó la estelita que el pibe suyo la estaba ayudando en el almacén…

- ¡No soy el hijo de la Estela! Interrumpí.

- ¿Cómo que no? Si, si vos sos el nene de la estela, yo me acuerdo bien… ¡Martín! Vos sos Martín.

- ¡No! Y Martín es el pibe de la Olga. Le corregí ya casi a punto de la exasperación.

- ¿Ohhh, la Olga tiene un pibe? ¿Desde cuándo? ¿Se casó? Yo la veía siempre a la Olga pero desde que se casó con el Eduar…

- ¡¡¡No se casó con el Eduardo!!! ¡Esa es la estelita! Pero no importa, deme la billetera que le busco el billete que ya me tengo que ir.

- Ah sí, sí, gracias pibe, sos un amor, espera que… te busco la plata.-Dijo mientras se apoyaba en bastón con una mano y giraba el hombro como para hacer que la cartera le baje hasta la muñeca.

Luego de alguna maniobra que pareció en cámara lenta, logro hacerse con la cartera. La abrió y buscó y buscó con extremada paciencia por un buen tiempo; pareciera que hubiese tenido un millón de cosas ahí dentro.

- A ver, deme señora, yo se la busco.- Le dije mientras le sacaba la cartera de la mano. Tuve que forcejear un poco pero al fin me cedió el control de la bolsa.

Abrí la cartera. Adentro, sola, en el medio y gigante estaba la billetera de la señora Matilde. No había nada más, pero bueno, la pobre vieja no veía un choto.

Abrí la billetera.

Una foto del difunto marido. Un boleto del bondi del 77. Un pastilla. Otra foto del marido. Otra Pastilla. Un escarbadientes. Otra Pastilla… Ajá, acá están los billetes… Un momento…

- ¡Por el amor de dios, tiene Australes! ¿Cuánto hace que tiene esa billetera ahí?

- ¿Qué, australes? ¿No sirven más esos billetes? Si siempre voy del Huguito y nunca me dice nada.

- Está bien, está bien, tome.-Le devolví la cartera y la billetera. Saqué de mi bolsillo 10 pesos y se los dejé en la mano. –Me voy rápido porque voy a llegar tarde- agregué.

- ¡Gracias nene! - Me dijo la vieja –¡Mandale saludos a la estelita!

07:34.Uy, se hizo muy tarde tengo que llegar rápido a la parada.

Empecé a correr.

6 cuadras hasta la parada.

Apure el paso casi ya corriendo con desesperación.

5 cuadras hasta la parada.

4 cuadras hasta la parada.

Relojeo la parada desde la distancia: No paso el colectivo hasta ahora.

3 cuadras hasta la parada.

2 cuadras hasta la parada.

1 cuadras hasta la parada.

Ya llego, ya llego… 70 metros nomás, no puede pasar justo ahora…

Si, si podía.

-¡HEY, PARÁ!

Corro con desesperación y grito desaforadamente pero el colectivero parece no escucharme.

-¡PARÁ LA CONCHA DE TU MADRE!

Un pendejo que mira por la ventanilla, se caga de risa, me señala y mientras palmea al compañerito invitándolo a la carcajada desconmensurada que solo la desgracia ajena le puede causar a uno.

-¡PARÁ, VOLVE HIJO DE PUTA!

Se me fue el bondi.

- ¡Y Todo por esa vieja de mierda!

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